La apuesta y creencia firme por el territorio, a pesar de las dificultades y obstáculos, está dando sus frutos en forma de energía, de energía para todos los pueblos del territorio de la AECT Duero-Douro que forman parte de la cooperativa y comunidad energética Efiduero Energy. Una apuesta que se traduce en la inversión por parte de la agrupación de seis millones de euros para realizar 232 instalaciones fotovoltaicas bajo el modelo de autoconsumo compartido repartidas entre los 55 municipios ubicados en el territorio rural del oeste zamorano y salmantino. Instalaciones que marcarán un antes y después, pues llevarán a los municipios a alcanzar la independencia energética.

Llegar hasta este punto no habría sido posible sin el trabajo y apoyo de los alcaldes y alcaldesas de cada uno de los pueblos que junto con la AECT Duero-Douro y Efiduero Energy han apostado por este proyecto. Para poner en valor el proyecto y dar a conocer las novedades del mismo, durante la mañana de este miércoles 24 de mayo, se ha realizado en la Cámara de Comercio de Zamora un acto de presentación conducido por el director general de la AECT Duero-Douro, José Luis Pascual, y al que han asistido los alcaldes y alcaldesas de las localidades participantes en el proyecto y representantes de banco Santander de Zamora y Salamanca, empresa que forma parte del partenariado del proyecto.

Para poder hacer posible este proyecto desde la AECT Duero-Douro se ha concurrido a diversos programas y ayudas que desde el gobierno central se han puesto en marcha para impulsar la transición energética. Entre las ayudas solicitadas y concedidas se encuentra el PROGRAMA DUS 5000, en el marco del Programa de Regeneración y Reto Demográfico del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico. Concretamente, la AECT Duero-Douro, ha recibido 1.526.000 euros para ejecutar 83 instalaciones. Una financiación que ha sido concedida al 100% al tratarse de un proyecto integral, de forma que los municipios no tendrán que aportar financiación adicional.

Otra de las ayudas a la que se concurrió y se resolvió hace unos meses de forma favorable para la cooperativa y comunidad energética que conforman la agrupación y los distintos municipios del territorio fue el programa de incentivos a proyectos piloto singulares de comunidades energéticas, Programa CE IMPLEMENTA, también situada en el marco del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia con un importe de 1.953.000 euros. Con la que se financiará la instalación de 106 plantas fotovoltaicas y 3 puntos de recarga.

Tanto el programa DUS 5000 como el CE IMPLEMENTA que les ha sido concedido a la AECT Duero-Douro son los únicos de estas características que se han concedido a un proyecto que se está ejecutando en las áreas rurales de dos provincias de Castilla y León.

A estas instalaciones se han de sumar las 40 previas que la AECT Duero-Douro ejecutó en la primera fase con fondos propios y la 3 que se instalaron dentro del proyecto piloto de viabilidad que se llevó a cabo en Manzanal de Arriba. Para lo que se realizó una inversión de 800.000 euros.

El proyecto se completará con la inversión de 410.000 euros para la apertura en los próximos meses de una Oficina de Transformación Comunitaria que dispondrán de diferentes puntos de atención físicos y virtuales distribuidos a lo largo del oeste zamorano y salmantino. Desde donde se realizarán labores de difusión, acompañamiento y asesoramiento en materia de energías renovables y transición energética. Y con la inversión conseguida para la instalación de 32 puntos recarga de vehículos eléctricos articulados en diferentes municipios que hacen al territorio rural mucho más competitivo y adaptado a los nuevos tiempos donde la movilidad eléctrica ya forma parte de nuestras vidas.

Mieza, Monleras, Fuentespreadas, Ledesma, Castrillo de la Guareña, Gallegos de Argañan, Riofrio de Aliste, Rábano de Aliste, Fermoselle, Villamayor de Campos, Hermisende, Requejo, Mombuey, Peñaparda, Lubián, Villaseco de los Gamitos, Alcañices, Roelos de Sayago, Herguijuela de Ciudad Rodrigo, Montamarta, Fonfría, Santa Marta de Tera, Camarzana de Tera, Pereña de la Ribera, Castroverde de Campos, Santa Croya de Tera, Morales de Rey, Moral de Sayago, Molacillos, Melgar de Tera, Fresno de la Ribera, Viñas, Villaseco del Pan, Villardeciervos, Villalcampo, Robleda, Pino del Oro, Martín de Yeltes, Manzanal de Arriba, Ferreruela de Tábara, El Manzano, Boada, Almaraz de Duero, Almeida de Sayago, Carbajales de Alba, Carbellino de Sayago, Pedralba de la Praderia, Pias, Samir de los Caños, San Pedro de la Nave-Almendra, Villabrázaro y Villasbuenas, son los 55 municipios donde se está ejecutando este proyecto.

Efiduero Energy: la llave de la independencia energética

No se podría afirmar que alcanzaremos el territorio de la AECT Duero-Douro alcanzará la independencia energética sin contar con la llave maestra de todo el proceso: la comercializadora de energía Efiduero Energy. Entidad cooperativa creada en 2017 de la mano de los ayuntamientos del territorio y la agrupación para ser los gestores de la energía que vecinos, vecinas, entidades y empresas del territorio consumen. Una entidad sin ánimo de lucro que solo busca el beneficio de todos, que no es otro que el de alcanzar la independencia energética. Independencia que cada vez está más cerca de llegar.

Ejecutadas y puestas en marcha las 232 instalaciones, la energía producida por todas ellas será la que abastezca a los usuarios del territorio de forma directa a través de Efiduero Energy. Evitando así tener que pagar peajes y demás costes adicionales que establecen las grandes eléctricas. De este modo la energía será prácticamente gratuita en el territorio, dotándolo de una gran competitividad para el sector empresarial frente a otras regiones y por ende un polo de generación de empleo y a atracción de nuevas familias a este entorno rural altamente despoblado.

No dejemos que la historia se repita

A principios del siglo XX el territorio de la AECT Duero-Douro, oeste salmantino y zamorano y las regiones colindantes portuguesas, se convirtió en generador de energía. En aquel entonces la energía procedía de la fuerza hidráulica de las diferentes presas construidas entorno a los ríos Duero, Esla y Tormes. Y de estas grandes obras de ingeniería, la energía viajaba hasta los grandes centros urbanos para abastecerlos. Dejando así los vecinos y vecinas del territorio al margen de todo. Año tras año, muchas familias se vieron obligadas a emigrar a allí donde recaló aquella riqueza extraída de sus pueblos, quedando sus pueblos cada vez más deshabitados.

Como si de un mantra se tratara, aquella situación que comenzó con la construcción de la presa de Ricobayo en el siglo pasado, se está volviendo a producir cien años después pero esta vez bajo un nuevo formato: la energía fotovoltaica. Basta con levantar la vista durante cualquier trayecto en coche por las carreteras que conectan los diferentes pueblos, para ver mares de placas solares instaladas sobre aquellos terrenos donde hasta hace unas décadas pastaba el ganado o se sembraba el trigo.

Frente a este modelo, el proyecto de la AECT Duero-Douro, además de evitar que sus pueblos nuevamente sean espoliados energéticamente, se basa en un modelo amable con el medio ambiente, donde todos los paneles fotovoltaicos se encuentran instalados sobre estructuras municipales. Dándoles así un nuevo uso sin perjudicar el terreno agrícola.

Un camino nada fácil

Si la comercializadora Efiduero Energy era la primera clave del proyecto. La segunda es la modalidad de autoconsumo a la que se encuentra acogida la AECT Duero-Douro: con excedentes y sin compensación. Esto traducido al lenguaje llano significa que la energía producida de más se vierte a la red o lo que es lo mismo se vende al precio que el mercado eléctrico establece ese día. Un planteamiento con el que se cierra el círculo, dotando al territorio de independencia energética.

Pero para alcanzar ese objetivo, el camino puede decirse que no deja de estar lleno de obstáculos burocráticos. Una vez ejecutada la instalación, comienza el proceso de legalización que consta de dos partes: el proceso de autorización de explotación y el punto de acceso y conexión.

La primera de estas partes, el proceso de autorización de explotación, depende de las delegaciones territoriales de industria de cada provincia. Un trámite no deja de estar exento de dificultades burocráticas, hasta el punto de que la Unión Europea ha tenido que intervenir con una resolución de emergencia estableciendo para los Estados Miembros un tiempo máximo para la aprobación de un mes en este tipo de instalaciones. Tras ello, hay que iniciar el proceso de punto de acceso y conexión. Es decir, el momento en el que esa instalación se conecta a la red eléctrica de distribución (infraestructura externa) y la comercializadora, en este caso Efiduero Energy, suministra la electricidad a los usuarios y el excedente se vende al mercado eléctrico.

Es en este segundo paso, donde la AECT Duero-Douro se encuentra, un punto donde día tras día se intentan subsanar los errores indicados y al día siguiente vuelta a empezar. Una situación de aquellas de “Vuelva usted mañana” que Larra reflejó hace décadas en sus artículos, pero digamos que en esta ocasión es 3.0. Porque todo sucede a través de una pantalla o de una línea telefónica, de una forma impersonal. Donde por más que llames por teléfono para preguntar por la situación de los expedientes te responde cada vez una persona distinta, la mayoría de veces anónima porque no dice su nombre y sin conocer su ubicación geográfica concreta.

Un territorio unido frente a las grandes

La independencia energética es posible, aunque nadie dijo nunca que fuera fácil, porque bien es sabido que los grandes pueden a los pequeños. Pero la AECT Duero-Douro, y la comunidad energética de Efiduero Energy, no son tan pequeños como ellos piensan. Mañana volveremos a intentarlo.